Se dice que se originó en Asia central, y llegó al
medio oriente hace unos 4.000 años, convirtiéndose en parte esencial de la
cocina mediterránea, dándose a conocer en el resto del mundo.
La planta de ajo tiene un bulbo, al que se le conoce
como “cabeza de ajo” y de él se desprenden unas partes más pequeñas, llamadas
“dientes de ajo”.
PROPIEDADES DEL AJO
El olor y sabor característico del ajo proviene
de una sustancia denominada aliína (si, es con dos "i", así es el nombre original de ese componente) contenida en sus dientes, que por acción de
un fermento se transforma en disulfuro de alilo, el cual es el responsable de la
mayoría de los beneficios de este increíble alimento.
Este fermento se consigue machacando, cortando o
masticando un diente de ajo crudo, siendo que la alicina, no está en el ajo,
sino que sólo se libera cuando la aliína entra en contacto con el oxígeno.
Este compuesto volátil es de efecto inmediato el cuál
llega en segundos a los pulmones, y por eso se considera apropiado para tratar
infecciones respiratorias entre otras, de las cuales entraremos en detalle en
el apartado “BENEFICIOS” que queda más abajo en este artículo.
Es incluso capaz de atravesar la piel y alcanzar los
capilares sanguíneos, por lo que también afecta positivamente el sistema circulatorio.
Si quieres comprobarlo en casa, coloca unos dientes
pelados en los pies y en contacto con la piel, y notarás su sabor en el paladar
en unos instantes.
Además, contiene garlicina, el cual es un aceite
esencial, y fructosana, que es un oligosacárido que alimenta la microbiota o
flora intestinal.
BENEFICIOS DEL AJO
Incluir ajo crudo dentro de la dieta diaria trae
beneficios en las siguientes partes de nuestro cuerpo:
Sistema Circulatorio
El ajo, por ser anticoagulante, contribuye a
mantener la sangre diluida, aumentando así la elasticidad de las arterias, por
lo que es recomendado frecuentemente como protector cardiovascular.
En el caso de la arteriosclerosis o aterosclerosis, enfermedad
que consiste en el endurecimiento y engrosamiento de los vasos sanguíneos por
acumulación de grasa, colesterol, calcio y otras sustancias, en las paredes
internas de estos, el ajo inhibe la síntesis del colesterol LDL, llamado
comúnmente colesterol malo; y de los triglicéridos. Por lo que, en caso de claudicación
intermitente, o sea, el dolor en las piernas causado por la insuficiencia del
flujo sanguíneo a los músculos, el ajo ayuda a que la sangre llegue
mejor.
Además, gracias a que ayuda a dilatar los vasos
sanguíneos, reduce la presión arterial, convirtiéndose en un agente hipotensor,
por lo que es muy usado por personas que sufren de hipertensión.
Otro aspecto, no tan importante como los anteriores,
es que el ajo estimula el flujo sanguíneo al cuero cabelludo, lo que
permite aportarle brillo al cabello y resistencia al quiebre, evitando su resequedad.
Sistema Respiratorio
El ajo ayuda a combatir las infecciones
respiratorias como la gripe y el resfriado por sus propiedades antisépticas,
antivirales y bactericidas, y porque reduce las inflamaciones gracias a sus
compuestos sulfúricos.
También dilata los bronquios y fluidifica las mucosas,
por lo que es expectorante, es decir, contribuye a expulsar las secreciones y
flemas que se encuentran en los pulmones, calmando la tos.
Es por ello que resulta útil su ingesta para tratar
ciertas enfermedades como sinusitis, faringitis, bronquitis, enfisema o asma.
Sistema Inmunológico
El ajo también contiene sulfuro de
dialilo, compuesto organosulfurado que se produce durante la descomposición de
la alicina, que se libera al triturarlo. Este es un inhibidor de la enzima CYP2E1,
la cual, potencia, por así decirlo, las sustancias tóxicas o cancerígenas que
se encuentran en nuestro organismo por lo que el ajo desempeña un papel importante
en la prevención celular frente al alcohol, xenobióticos y cáncer.
Es por ello por lo que las personas que tienen lesiones
hepáticas por el consumo prolongado de bebidas alcohólicas regulan el efecto negativo
que estas producen, consumiendo regularmente ajo.
Además, este compuesto (sulfuro de dialilo), combate la
bacteria Campylobacter, causante de infecciones intestinales que provocan diarrea,
fiebre e inflamación y dolor abdominal.
CONTRAINDICACIONES
Consumir ajo diariamente no tiene contraindicaciones,
sin embargo, en aquellas personas que consumen fármacos como el saquinavir
(utilizado en el tratamiento del VIH), se ha demostrado que disminuye la
efectividad de este.
CÓMO COMERLO
Mucha gente recomienda consumir el ajo en
ayunas, pero es importante que sepas que tiene el mismo efecto si lo comes durante
el día, lo que si hay que tomar en cuenta es que debes machacarlo o cortarlo en
láminas, ya que debe entrar en contacto con el oxígeno para pueda liberar la alicina,
tal y como se explicó en la primera parte de este post.
Si lo tragas entero, como una pastilla, no conseguirás
sacarle el mejor provecho.
Además, debes comerlo crudo para que puedas extraer
todo su potencial, por lo que más abajo en este post te dejo varias recetas
sencillas que te ayudarán en la cocina.
TIPS
Como evitar el mal aliento al comer ajo crudo
Generalmente, después de comer ajo y sobre todo
si está crudo, te queda su sabor y un fuerte aliento en la boca. Para evitar
esa molestia, es recomendable chupar medio limón, o lo que es lo mismo, tomar
el jugo de un limón. También puedes masticar hojitas de menta, de lechuga o
trozos de manzana.
Como evitar la irritación estomacal al comer ajo crudo
Si eres de las personas que al consumir ajo se
te irrita la mucosa del estómago, es recomendable que no lo consumas solo, si
no que lo suavices mezclándolo con aceite de oliva, o de coco, o de nuez, o de
lino. Además, puedes usarlo como aderezo en las comidas (pollo, carnes rojas,
pescado o pasta), o en las ensaladas.
RECETAS FÁCILES CON AJO CRUDO
1. La clásica tostada de pan.
Tomas un diente de ajo y lo machacas o trituras con el
mango de un cuchillo, luego tomas unas hojitas de perejil y las cortas en finos
trocitos, por últimos, mezclas ambos ingredientes con una cucharada de aceite
de oliva y sal al gusto, hasta formar una crema, la cual usarás para untar en
la divina y crujiente tostada de pan.
También puedes usar mantequilla en vez de aceite de
oliva o cilantro en vez de perejil, eso depende de lo que tengas o uses en tu
cocina.
2. Como aderezo a la ensalada.
Si vas a comerte una ensaladita cruda de lechuga,
tomate y cebolla, este aderezo te va a encantar. Machacas
o trituras 1 diente de ajo, picas unas hojitas de albahaca en pequeños trozos,
mezclas ambos ingredientes con una cucharada de aceite de oliva, media cucharada
de vinagre balsámico, y un toque de pimienta negra molida y sal al gusto.
También puedes sustituir el vinagre balsámico por
vinagre simple o el chorrito de medio limón.
Además, puedes agregar unos ricos cuadritos de queso
mozzarella a tu ensalada, pruébalo, te va a encantar.
3. Como aderezo para carnes rojas.
Machacas o trituras 1 diente de ajo, picas unas
hojitas de orégano y cilantro en pequeños trozos, mezclas ambos ingredientes
con una cucharada de aceite de oliva y un toque de pimienta negra molida y sal
al gusto.
Si quieres, puedes sustituir el aceite de oliva por aguacate
o palta.
4. En la pasta.
Mi padre me enseñó a hacer una salsa que perfectamente
sustituyen a una napolitana, boloñesa o carbonara y es muy simple de hacer.
Obviamente nuestro ingrediente estrella es el ajo
crudo, por lo que machacas o trituras 3 diente de ajo en un mortero, agregas
allí mismo un chorrito de aceite de oliva, pimienta negra recién molida al
gusto, albahaca de la que viene ya lista (yo uso McCormick) y sal marina o
rosada al gusto. Sigues mezclando en el mortero hasta conseguir la salsa. Es
súper rápida y súper sencilla.
Una vez lista, se la agregas a la pasta servida y a
comer.
Con respecto a la pasta, puedes usar cualquier tipo,
ya sea corta o larga.
A esta salsa la llamo “Logreira” en honor a mi padre.
5. Como aderezo a unos ricos huevos revueltos.
En un sartén, un chorrito de aceite, luego le agregas
un par de huevos y unas hojitas de espinaca previamente cocidas en agua,
mientras revuelves los huevos agregas sal y pimienta al gusta, una vez listos,
agregas medio diente de ajo previamente machado o triturado y listo.
Si tienes alguna receta que use ajo crudo y la
quieras compartir, puedes dejarla abajo en los comentarios.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Para la elaboración de este post se examinaron
diversos artículos publicados en la Biblioteca Nacional de Medicina de
Estados Unidos, así como diversas publicaciones de la BBC de Londres.
Así mismo, se leyeron más de 12 trabajos de
investigación publicados por Cochrane, la red internacional encargada de
mostrar evidencia acerca de tratamientos médicos a través de estudios
científicos comprobados.
También fue revisado por médicos expertos en nutrición
de España y México.
Si te ha gustado el post, por favor deja a
continuación tus comentarios, y no te olvides de compartirlo con familiares y
amigos que realmente te importen, ellos te lo van a agradecer…y gracias a ti por
leernos.
- 9:30 a.m.
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